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Cuando la cooperación crea futuro: Lo que dejó TICAL2025

Tras culminar el pasado viernes, TICAL2025 deja una estela de reflexiones, acuerdos y nuevas rutas de colaboración que esta semana continúan resonando en toda la región. 

El encuentro, realizado en San José, Costa Rica, no solo cerró tres días de diálogo, innovación y aprendizaje compartido; también abrió una conversación más amplia sobre el valor de la cooperación digital en América Latina y el Caribe, y entre la región y Europa, como motor de la transformación científica, educativa y social.

Organizada por RedCLARA, RedCONARE y la Unión Europea (UE) en el marco del programa BELLA II, la conferencia reunió a más de doscientos representantes de universidades, gobiernos, redes académicas, organismos multilaterales y empresas tecnológicas. Durante las jornadas, la conectividad, la inteligencia artificial, la salud digital, la educación y la ciberseguridad se entrelazaron en torno a un mismo hilo conductor: la relevancia de poner la tecnología al servicio de las personas.

Uno de los debates más significativos giró en torno a la inteligencia artificial en la educación. Investigadores de distintos países observaron que las nuevas generaciones recurren cada vez más a estas herramientas no solo para estudiar, sino también para organizar su vida cotidiana y buscar apoyo emocional. Esta tendencia plantea una doble responsabilidad para las instituciones: formar en pensamiento crítico y cuidar el bienestar emocional en entornos donde la automatización convive con la soledad.

Otro de los ejes más potentes de la conferencia fue la ciberseguridad, abordada desde una perspectiva regional y humana. Se destacó que la inteligencia artificial ha reducido las barreras técnicas o “democratizado” el cibercrimen, lo que ha derivado en un aumento de suplantaciones de identidad, videollamadas falsas y ataques cada vez más sofisticados. El panel “Cazadores digitales” reveló que el sector educativo es hoy el más atacado y que el 93% de las organizaciones reporta una resiliencia insuficiente ante este panorama.

Las conclusiones fueron claras: la defensa no puede ser exclusivamente técnica. Requiere confianza, gobernanza, recursos, cooperación regional y el fortalecimiento de la capacidad humana. También se subrayó que la cultura digital sigue siendo el factor determinante para proteger sistemas, instituciones y comunidades.

El eje de salud digital mostró cómo la cooperación también se traduce en bienestar y atención. Se presentaron avances de la Red Universitaria de Telemedicina de América Latina y el Caribe (RUTE-ALC), una comunidad que reúne a universidades, hospitales y redes nacionales de investigación bajo un modelo de trabajo colaborativo. Desde Costa Rica y Chile se compartieron casos que demostraron cómo los datos clínicos, la telemedicina universitaria, los expedientes digitales y la interoperabilidad pueden mejorar la atención, reducir tiempos, identificar riesgos y llevar servicios especializados a territorios donde antes no existían.

Uno de los ejemplos más comentados fue el análisis predictivo realizado en Costa Rica, a partir de más de cincuenta millones de registros clínicos del Expediente Digital Único en Salud (EDUS),  que permitió identificar factores de riesgo de enfermedades crónicas. La experiencia evidenció tanto el potencial transformador de los datos como los desafíos sociales asociados: contactar a pacientes, fortalecer la confianza y garantizar el manejo ético de la información.

La visión europea aportó marcos de referencia y regulación desde el European Health Data Space, subrayando que los desafíos de ciberseguridad, interoperabilidad y gobernanza son compartidos por ambos lados del Atlántico. El panel coincidió en que la salud digital avanza cuando la tecnología se combina con el compromiso, la infraestructura y la cooperación internacional.

En las sesiones finales, la ponencia de Álvaro Soto, del Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA), marcó un punto clave al presentar los resultados del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) y los  avances de LaTAM GPT, un modelo de lenguaje entrenado en y para América Latina. Soto destacó que el proyecto busca “construir capacidades propias en la región”, basadas en datos locales, infraestructura compartida y la convicción de que “ninguna institución puede hacerlo sola”. Su intervención reforzó la importancia de la IA como campo estratégico donde la colaboración birregional es determinante.

El panel de clausura señaló que las infraestructuras de investigación, los modelos de interoperabilidad y la ciencia abierta no son piezas aisladas: son condiciones esenciales para que la región pueda aprovechar su biodiversidad, sus datos, su talento y su creatividad en diálogo con Europa. El proyecto BELLA II, liderado por RedCLARA y cofinanciado por la Unión Europea, se destacó como uno de los pilares centrales de la cooperación digital en el marco de la Alianza Digital UE–LAC, una iniciativa que no solo conecta continentes, sino que también habilita la ciencia, la educación, la innovación y el desarrollo para los próximos años.

En su mensaje final a los participantes, el Director Ejecutivo de RedCLARA, Luis Eliécer Cadenas, recordó que la conectividad “no es un fin en sí misma”, sino el habilitador que permite que la inteligencia artificial, el supercómputo y la ciencia abierta sean hoy realidades para la región. Subrayó que RedCLARA es la entidad que articula esta visión y consolida la cooperación: un espacio donde universidades, redes nacionales, gobiernos y centros de investigación se reconocen como parte de una misma comunidad digital, capaz de fortalecerse al trabajar con objetivos comunes.

“El verdadero poder transformador no está solo en la infraestructura, sino en la capacidad de articular propósitos y de convertir esa infraestructura en desarrollo, algo que RedCLARA y el proyecto BELLA II impulsan de manera decisiva al conectar a América Latina, el Caribe y Europa en una plataforma de cooperación de largo plazo”, dijo.

También destacó los esfuerzos que no siempre aparecen en el escenario principal de TICAL: el trabajo de los equipos técnicos, de las RNIE y de quienes sostienen cada enlace, cada servicio y cada proyecto que hace posible la conferencia año tras año.

TICAL2025 concluyó destacando que la cooperación digital entre América Latina, el Caribe y Europa es un pilar estratégico para el desarrollo científico y educativo. En un contexto transformado por la inteligencia artificial, la ciberseguridad y las nuevas dinámicas de aprendizaje, el encuentro dejó claro que la transformación digital empieza y termina en las personas. Lo que viene demandará una visión colectiva, capaz de convertir el conocimiento en desarrollo y la cooperación en futuro.

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